sábado, 4 de febrero de 2012

EL DINERO DE LA CRISIS (IV)

En artículos anteriores vimos que el comportamiento del agregado monetario M3 era de franca desaceleración en los últimos años y que además las políticas restrictivas de la demanda agregada estaban lastrando fuertemente la economía de la zona euro en general, y la de España en particular.

Ya comenté que la única forma de sobrevivir, empresarialmente hablando, era elegir el camino de la exportación. Visto que el tipo de cambio dolar / euro se vuelve también favorable, tal y como se muestra en la gráfica adjunta, nos ha llegado la hora de salir al exterior a vender lo que en España sabemos hacer.

En las últimas conversaciones que he tenido con empresarios con los que trabajo habitualmente, este convencimiento está calando de una forma acelerada. Por delante tenemos la estela de grandes corporaciones Españolas que hace ya uno o dos años empezaron a buscar negocio fuera, véase los casos de SACYR, ALDESA, RENFE, etc.

Al margen de la situación empresarial, el BCE ha comenzado (de forma tardía a mi juicio) a inyectar dinero al sistema en forma de 481.191 millones de euros prestados entre 523 bancos de la eurozona. Es un préstamo que las entidades deben devolver en un plazo de tres años y por el que el supervisor les cobra un interés del 1%. En febrero se celebrará otra subasta de este tipo. 

Deberemos estar atentos, pues,  al indicador agregado de la masa monetaria en los meses de enero y febrero (todavía no disponibles en el BCE), ya que no olvidemos que la inflación es exclusivamente un fenómeno monetario, y por tanto esta inyección de dinero, casi con certeza llevará aparejado un crecimiento de la inflación. La situación en extremo oriente en relación al estrecho de Ormuz y la cada vez mayor radicalización de Iran no contribuye precisamente a la estabilidad del precio del crudo, y por tanto estoy convencido que de seguir con políticas expansivas de la masa monetaria veremos una inflación en el año 2012, más cercana al 3,5% que al 2%.

Si ha esto le unimos la caída de la demanda interna debida a las políticas restrictivas de la misma, aplicadas por los gobiernos Euro, tenemos una situación de estancamiento del PIB, y por tanto de aumento de la tasa de paro, y por otro lado un panorama inflacionista. Si además, en las reformas laborales, los empresarios consiguen desligar los sueldos y salarios de la inflación, mucho me temo que la crisis la van a acabar pagando los empleados, públicos y por cuenta ajena, sujetos a convenio, que verán reducido drásticamente su poder adquisitivo.

¿Qué solución cabe a este panorama tan desalentador?. Pues esto me lleva al principio del artículo. Parece que la única solución, volviendo a cerrar el círculo, es acudir a la demanda externa, de forma que consigamos entre todos compensar la caía de la demanda interna.

El desarrollo económico español de los últimos años, a mi juicio, ha conseguido que actualmente dispongamos de unos profesionales excepcionales a todos los niveles, y es evidente (para mi, al menos) que este debe ser actualmente nuestro mayor capital. Hemos de dejar atrás antiguos tópicos sobre la forma de hacer las cosas en España y ser capaces de exportar nuestro trabajo.

Esto último ha de contener necesariamente un matiz, y es que se trata de exportar, no de emigrar. La emigración trae consigo desarraigo, pérdida de talento para el país, e indudablemente una mucho menor contribución al PIB. Cambiemos pues el chip y salgamos a vender fuera.