lunes, 2 de febrero de 2015

LA MOTO ELÉCTRICA



Interesado como últimamente estamos en Conbuenapinta en la movilidad eléctrica, el pasado viernes nos fuimos a ver a nuestros amigos de Alfaelectrik, a la sazón distribuidores de la marca de vehículos eléctricos BSG para pedirles una de las motocicletas que tienen disponibles en tienda, con objeto de hacer una prueba de conducción.

El vehículo prestado fue un BSG Electrics Generation de las siguientes características:

Moto eléctrica BSG Generation
  • Motor (w): 5000W
  • Batería (V)(AH): 72V/40Ah (LiFePo4) y 72V/60Ah
  • Voltaje de recarga: AC 230V or 110V (opcional)
  • Tiempo de recarga: 4-5horas = 80% | 7-9 horas = 100%
  • Carga máxima: aprox. 150 kg
  • Velocidad máxima: alrededor de 95 km/h
  • Autonomía: aprox. 90 km
  • Capacidad de subida: ≥16°
  • Frenos (F/R): Disco/Disco
  • Rueda delantera/trasera: 130/60-13 130/60-13
  • Distancia entre ejes: 1670 mm
  • Peso bruto: 172 kg
  • Peso neto: 142 kg (LiFePo4)
  • Dimensión aproximada: 2200(L)×780(W)×1210(H)
Hay que indicar sobre este modelo que el propio fabricante lo posiciona, por prestaciones y por carnet de conducir necesario, como un equivalente a una moto de 125 c.c. convencional.

La potencia disponible en este modelo es de 5 Kw, lo que equivale a unos 6,8 CV. Esta cifra puede parecer un poco escasa frente a un equivalente de 125 c.c. con motor térmico, que suelen entregar, las de mejores prestaciones, del orden de los 11 CV, pero tenemos que entender que la diferencia de comportamiento entre un motor térmico y uno eléctrico, como ahora veremos, lo es todo. Esta diferencia de comportamiento, fundamentalmente es en la entrega de par, lo que hace que no podamos "medir" los motores , como hasta ahora hemos hecho, sólo a través de la cifra de la potencia entregada.

En el apartado de conducción, lo primero que llama la atención de un vehículo eléctrico es la entrega de potencia desde bajas revoluciones. Los que conducimos motocicletas de gasolina estamos muy acostumbrados a las altas revoluciones a las que hay que llevar un motor térmico para poder sacarle potencia, y por tanto los consiguientes tirones producidos por los constantes cambios de marcha que hay que realizar, incluso con cambios automáticos. Por el contrario un motor eléctrico entrega mucho par desde cero revoluciones y lo entrega más allá del límite de revoluciones de un motor térmico. Todo esto hace que la sensación de aceleración sea completamente lineal, sin tirones. Tras salir de un semáforo y darle al puño del "gas" en muy pocos segundos te encuentras a la velocidad de circulación, y sin apenas darte cuenta. Si a esto le unes la total ausencia de ruido y de vibraciones, hace que la experiencia de conducir una moto eléctrica sea muy rara en los primeros minutos, y extremadamente placentera a partir de ahí.

En cuanto a la velocidad del vehículo probado, tengo que decir que es más que adecuada para desenvolverse por ciudad. Una velocidad máxima de 60 Km/h en modo ahorro de "combustible", y tras cambiar el modo, con un conmutador accesible en puño derecho, una velocidad máxima de 90 Km/h. Cifras que la hacen apta también para moverse desde poblaciones adyacentes a la ciudad para acudir al trabajo, pero desgraciadamente no para hacer incursiones muy largas por autopistas y autovías, donde esos 90 Km / h pueden hacerse un tanto escasos. Al fin y al cabo, lo mismo que sus gemelas de motor térmico.

En el apartado de conducción, la posición de manejo es cómoda, aunque con los pies demasiado adelantados para mi gusto (aunque es un mal endémico en este tipo de scooters, eléctricos o no). El peso en orden de marcha es de 172 Kg, apenas diez Kg más que cualquier equivalente, lo que la hace igual de manejable que sus competidoras de gasolina. Los huecos disponibles para alojamiento de los cascos del piloto y acompañante son suficientes para guardar dos cascos integrales, y además la moto dispone de una más que espaciosa guantera para guardar documentos u otros objetos más pequeños.

El equipamiento presente en el modelo probado, a nivel de cuadro de instrumentos, es completamente adecuado:



  • Indicador de carga de la batería, que durante nuestra prueba de más de 15 Km ni se movió.
  • Velocímetro.
  • Cuenta revoluciones. Aunque este elemento no tiene mucha utilidad en un scooter eléctrico y completamente automático.
  • Indicadores de intermitentes.
  • Indicadores de luces.
Las ópticas dotadas de lámparas led, como no podía ser de otra forma, son impresionantes y probadas sobre un garage, dan una iluminación más que satisfactoria.

La autonomía declarada por el fabricante es de 90 Km, lo que parece razonable, si como ya hemos indicado, durante los 15 Km de prueba que hicimos nosotros, el indicador de carga apenas ni se movió. El coste de realizar esos 90 de Km con una recarga es aproximadamente de 0,87 €, contando con un precio total de kWh de 0,20 €, lo que incluiría la repercusión en el recibo de la luz de la parte fija, alquiler de contador, etc., etc. Su equivalente con un motor térmico no bajaría de 3 €, del orden de 3,5 veces más. Dicho de otra forma, aunque nos regalasen las motos con motor térmico, la moto eléctrica, a un ritmo de 15.000 Km al año, la amortizaríamos en unos dos años. Esto con el petroleo barato que tenemos ahora...¡¡¡¡IMPRESIONANTE!!!

Además su mantenimiento,  en el apartado motor, es prácticamente inexistente. El motor de inducción se inventó por Nicola Tesla en 1.888, y desde entonces hay una experiencia enorme en su construcción y su robustez es a prueba de toda bomba. En cuanto al resto de apartados (frenos, cambio, neumáticos, etc.) son los mismos que en cualquier otra scooter.

Valoración final:
La conclusión después de la prueba es que ¡¡funciona!!. Y es que parece mentira que a estas alturas nos sorprenda que sí, que las motos eléctricas funcionan y que además funcionan francamente bien, mejor que sus competidora de gasolina y que no son una alternativa, sino que claramente son  el presente de la movilidad en las ciudades. Su coste de explotación, como ya hemos visto es ridículo frente a las alternativas convencionales. El vehículo eléctrico tiene que despegar ya, no hay más que ver la apuesta tan clara por este tipo de vehículos que ha tomado el ayuntamiento de Madrid, sustituyendo todas su bicicletas convencionales en préstamo por equivalentes eléctricas.
Por cierto, la eficiencia de un motor eléctrico está por encima del 90%. La de un motor térmico por debajo de un 40%, esto ya da algunas pistas de cuál de los dos vehículos contamina más.


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